Un equipo de astrónomos que utilizan el telescopio espacial Hubble han observado un curioso y misterioso vórtice oscuro en el planeta Neptuno, se trata de una enorme tormenta tan grande como nuestro océano atlántico, lo extraño de esto no es su enorme tamaño, que es algo muy normal, sino que ha comenzado a escaparse alejándose de una posible desaparición y desvanecimiento que suele ocurrir en la zona ecuatorial del enorme planeta.

La tormenta nació en el hemisferio norte del Neptuno y fue descubierta por el telescopio espacial Hubble en el año 2018. Un año más tarde, las observaciones mostraron que comenzó a desplazarse hacia el sur, hacia el ecuador, donde se espera que tales tormentas desaparezcan de la vista.

Crédito de la imagen: NASA / @europeanspaceagency, STScI, M.H. Wong (@ucberkeleyofficial) y L.A. Sromovsky y P.M. Fry (@uwmadison) ⁠



Para sorpresa de los astrónomos, Hubble detectó el cambio de dirección del vórtice en agosto de 2020, duplicándose de manera muy rápida hacia el norte. Aunque el Hubble ha rastreado puntos oscuros similares durante los últimos 30 años, este comportamiento atmosférico impredecible es algo que nunca antes se había observado. Las inmensas tormentas oscuras en Neptuno fueron descubiertas por primera vez a finales de la década de 1980 por la nave espacial Voyager 2 de la NASA. Desde entonces, solo el telescopio espacial Hubble ha tenido la suficiente nitidez para rastrear estas características curiosas y esquivas del planeta gigante. Hubble descubrió dos tormentas oscuras que aparecieron a mediados de la década de 1990 y luego desaparecieron. 

Al igual que la Gran Mancha Roja de Júpiter, las tormentas se arremolinan en una dirección anticiclónica y extraen material de las profundidades de la atmósfera del planeta gigante helado. A diferencia de la gran mancha roja de Júpiter, que ha sido visible durante al menos 200 años, los vórtices oscuros de Neptuno duran solo unos pocos años.

El VLT (Very Large Telescope) de ESO ha observado también al planeta Neptuno, algunos cúmulos de estrellas y otros objetos con un nuevo modo de óptica adaptativa llamado Tomografía láser, con esta técnica se corrigen los efectos de la turbulencia a diferentes altitudes en la atmósfera obteniendo unas imágenes extraordinariamente claras del planeta sobre todo del planeta gigante helado Neptuno, incluso imágenes mejores que las adquiridas por el telescopio espacial Hubble en las que también se distinguen esas enormes tormentas.

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El instrumento MUSE utiliza el módulo de óptica adaptativa GALACSI. Ahora es posible capturar imágenes más nítidas desde el suelo que desde el Telescopio Espacial Hubble de la NASA / ESA a longitudes de onda visibles. Creditos: VLT-ESO
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