Los cometas son cuerpos celestes compuestos principalmente de hielo, polvo y rocas. Su núcleo, conocido como núcleo cometario, está formado por una mezcla de hielos de agua, dióxido de carbono, metano, amoniaco y otros compuestos volátiles (se les suele llama bolas de hielo sucio). También contiene partículas de polvo y material rocoso. Los cometas provienen de las regiones más frías del Sistema Solar, como el Cinturón de Kuiper y la Nube de Oort, donde orbitan alrededor del Sol a grandes distancias. Sin embargo, algunos cometas, ya sea por perturbaciones gravitacionales o interacciones con otros objetos celestes, son desviados hacia el interior del Sistema Solar, donde comienzan un viaje hacia el Sol.
A medida que un cometa se acerca al Sol, el calor de la estrella provoca la sublimación de los hielos en el núcleo, lo que significa que los hielos pasan directamente de estado sólido a gas. Este proceso crea una envoltura de gas y polvo alrededor del núcleo conocida como la coma, y el viento solar empuja estas partículas formando las características colas cometarias. Una de las colas es la cola de polvo, que brilla porque refleja la luz solar, y la otra es la cola de plasma o de gas ionizado, que brilla porque las partículas cargadas interactúan con el campo magnético solar.

¿Qué es un cometa rasante?
Un cometa rasante, como su nombre indica, es aquel que pasa extremadamente cerca del Sol en su órbita. El término «rasante» proviene de la palabra «rasar», que significa pasar rozando o muy cerca de algo. Estos cometas se diferencian de los cometas convencionales en que su perihelio (el punto más cercano al Sol en su órbita) está ubicado muy cerca de la superficie solar, generalmente dentro de 1 o 2 radios solares, lo que los expone a una radiación y calor solares inmensos.
Este tipo de cometas es de particular interés para los astrónomos, ya que sus acercamientos extremos al Sol permiten estudiar la composición y el comportamiento de los cometas en condiciones extremas. Al mismo tiempo, en algunos casos ofrecen un gran espectáculo visual cuando son observables desde la Tierra, debido al incremento en el brillo causado por la intensa sublimación de sus componentes volátiles.
El estudio de los cometas ha sido una parte central de la astronomía desde tiempos antiguos, pero fue en el siglo XVII cuando se comenzaron a realizar observaciones más sistemáticas de estos cuerpos celestes. A lo largo de los siglos, muchos cometas rasantes han sido descubiertos, y algunos han dejado su huella en la historia de la astronomía debido a su brillo excepcional o su desintegración dramática cerca del Sol.
Uno de los grupos más importantes de cometas rasantes es el Grupo de Kreutz, que recibe su nombre del astrónomo alemán Heinrich Kreutz, quien estudió las órbitas de varios cometas rasantes a finales del siglo XIX. Kreutz fue el primero en darse cuenta de que varios cometas rasantes compartían órbitas muy similares, lo que lo llevó a la conclusión de que todos estos cometas eran fragmentos de un cometa gigante que se había desintegrado en algún momento del pasado. El Grupo de Kreutz incluye algunos de los cometas más espectaculares jamás observados, como el Gran Cometa de 1843, el Cometa Ikeya-Seki (1965), y más recientemente, el Cometa Lovejoy (C/2011 W3), que sobrevivió a su paso extremadamente cercano al Sol.
Otro caso interesante es el del Cometa SOHO, nombrado así porque fue descubierto por el Observatorio Solar y Heliosférico (SOHO), una misión conjunta de la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) lanzada en 1995. El observatorio SOHO ha sido responsable del descubrimiento de miles de cometas, muchos de los cuales son cometas rasantes que pasan cerca del Sol y son detectados por los instrumentos a bordo del satélite. Estos descubrimientos han sido posibles gracias a la capacidad del SOHO para observar las inmediaciones del Sol sin las limitaciones que imponen la atmósfera terrestre y la luz diurna, lo que ha permitido a los científicos descubrir cometas que de otro modo serían invisibles.
Clasificación y grupos de cometas rasantes
Los cometas rasantes a menudo se agrupan en familias o grupos de cometas que comparten una órbita similar. El grupo más famoso es el mencionado Grupo de Kreutz, cuyos cometas rasantes son fragmentos de un cometa progenitor que probablemente se desintegró hace siglos. Los cometas de este grupo tienden a tener órbitas extremadamente excéntricas y pasan muy cerca del Sol, lo que los hace especialmente propensos a desintegrarse.
Además del Grupo de Kreutz, existen otros grupos de cometas rasantes, aunque son menos conocidos. Por ejemplo, el Grupo de Meyer, que también contiene cometas con órbitas que los llevan cerca del Sol, aunque no tan cerca como los del Grupo de Kreutz.
El comportamiento de un cometa rasante durante su aproximación al Sol es dramático y único debido a las condiciones extremas que encuentra. A medida que el cometa se acerca al Sol, la intensa radiación solar y las altas temperaturas subliman rápidamente el hielo en el núcleo del cometa, lo que provoca la formación de una coma extremadamente brillante. El viento solar empuja los gases y partículas, formando colas largas y luminosas que pueden extenderse por millones de kilómetros.
En algunos casos, los cometas rasantes son tan brillantes que pueden ser visibles a plena luz del día, como fue el caso del Cometa Ikeya-Seki en 1965. Este cometa, que fue descubierto por los astrónomos japoneses Kaoru Ikeya y Tsutomu Seki, se considera uno de los más brillantes del siglo XX y pasó a solo 450.000 km del Sol, aproximadamente el 0,3% de la distancia entre la Tierra y el Sol.
Sin embargo, muchos cometas rasantes no sobreviven a su encuentro cercano con el Sol. Debido a la intensa radiación y las fuerzas de marea gravitacionales, los cometas rasantes a menudo se fragmentan o se desintegran por completo. Este fenómeno puede ser observado en tiempo real gracias a telescopios espaciales como SOHO, que han registrado numerosos eventos de desintegración cometaria.
Paso del cometa Tsuchinshan-ATLAS por el Sol
Cuando un cometa se aproxima al Sol, especialmente los cometas rasantes, sucede lo siguiente:
a)Aumento de brillo: El aumento del brillo de un cometa se debe a que el calor solar calienta el núcleo helado del cometa, sublimando los hielos en vapor. Este proceso genera una coma brillante, que es una nube de gas y polvo que rodea al núcleo. Además, la radiación solar y el viento solar empujan estas partículas de polvo y gas, creando las espectaculares colas de polvo y plasma que suelen verse.
b)Posible ruptura: Un cometa rasante puede romperse debido a varias razones:
c)Fuerzas de marea: A medida que el cometa pasa cerca del Sol, las fuerzas gravitacionales pueden ser tan intensas que el núcleo del cometa puede desintegrarse.
d)Sublimación rápida: La rápida conversión de hielo en gas debido al calor puede provocar que el cometa pierda masa rápidamente, lo que debilita su estructura.
e)Rotación acelerada: Al perder masa asimétricamente, el cometa puede comenzar a girar más rápido, lo que puede generar tensiones que terminen por fracturarlo.
Para estimar si un cometa puede romperse debido a las fuerzas de marea cerca del Sol, podemos usar el límite de Roche, que es la distancia mínima a la que un objeto celeste puede acercarse a otro (como un planeta o una estrella) sin ser destrozado por las fuerzas de marea.
Si el cometa pasa más cerca que esta distancia, es probable que se desintegre. Además de las fuerzas de marea, hay que tener en cuenta las tensiones internas debidas a la sublimación y la aceleración de la rotación, que pueden influir en la ruptura antes de alcanzar el límite de Roche…
Sí lo consiguen es un auténtico espectaculo de la naturaleza.


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