El 15 de enero de 2025, el telescopio espacial Gaia de la Agencia Espacial Europea (ESA) concluyó su fase de escaneo del cielo, culminando más de una década de observaciones que han revolucionado nuestra comprensión de la Vía Láctea y más allá.
Fue lanzado el 19 de diciembre de 2013 desde el puerto espacial de Kourou en la Guayana Francesa. Su misión principal era crear el mapa tridimensional más grande y preciso de nuestra galaxia, la Vía Láctea, mediante la observación de casi dos mil millones de objetos celestes.

Gaia ha proporcionado datos sin precedentes que han permitido a los astrónomos un mapeo detallado de la Vía Láctea. Ha cartografiado con precisión la posición, distancia y movimiento de casi 2 mil millones de estrellas (1% de la galaxia), revelando la estructura y dinámica de nuestra galaxia con un detalle sin precedentes.
En su primer año tras su lanzamiento consiguió el siguiente mapa:

Los datos de Gaia han permitido identificar cúmulos de estrellas antiguas y restos de otras galaxias que se fusionaron con la Vía Láctea en el pasado, proporcionando información valiosa sobre la historia de nuestra galaxia.
Exoplanetas y asteroides
Además de mapear estrellas, Gaia ha descubierto cientos de miles de nuevos objetos celestes, incluidos exoplanetas y asteroides dentro de nuestro propio Sistema Solar.
Las estrellas están tan lejos de nuestro planeta que sus movimientos entre imágenes son muy pequeños, de ahí que Gaia tenga que medir sus posiciones con tanta precisión para notar una diferencia significativa. Sin embargo, a veces Gaia detecta fuentes de luz tenues que se mueven considerablemente de una imagen de una determinada región del cielo a la siguiente, o incluso solo se ven en una sola imagen antes de desaparecer. Para moverse tan rápido por el campo de visión de Gaia, estos objetos deben ubicarse mucho más cerca de la Tierra, Gaia está observando en ese caso pequeños asteroides…
Al comparar las posiciones de estos objetos con los catálogos de cuerpos conocidos del Sistema Solar, muchos de estos objetos resultan ser asteroides conocidos. Sin embargo cientos se identifican como detecciones potencialmente nuevas y luego son seguidos por los astrónomos través de la Red de Seguimiento Gaia para Objetos del Sistema Solar.
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Se utilizan datos de Gaia para determinar las trayectorias y las propiedades físicas de los asteroides con mayor precisión. También proporciona los espectros de los asteroides y permite una caracterización completa del cinturón de asteroides. La combinación de información dinámica y física que está recolectando Gaia brinda una enorme oportunidad para mejorar nuestra comprensión del origen y la evolución del Sistema Solar.
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Esto nos está ayudando a actualizar los modelos de población de asteroides y a profundizar nuestra comprensión de cómo se desarrollan las órbitas de estos objetos, por ejemplo, midiendo los pequeños efectos dinámicos que juegan un papel clave en empujar pequeños asteroides hacia órbitas que podrían verlos colisionar con la Tierra, cosa que sería tremendamente peligrosa y esta misión puede encontrar asteroides potencialmente peligrosos para la vida en nuestro planeta.
Consiguió caracterizar el grupo más grande de objetos del Sistema Solar hasta la fecha, un total de 154.741 asteroides para los cuales Gaia ha determinado sus órbitas, y según estas los ha podido catalogar diferentes grupos de asteroides.
Un impresionante tercer catálogo
El tercer catálogo de datos de la misión no se quedó atrás, incluyó nueva información sobre la composición química de las estrellas y su temperatura, color, masa, edad y velocidad a las cuales se alejan o se acercan a la Tierra.
Los datos, que están a disposición de toda la comunidad científica, tanto de profesionales como de aficionados, se recogieron durante 34 meses, entre el 25 de julio del 2014 y el 28 de mayo del 2017, y su volumen y diversidad ha comportado unos cuántos años más de clasificación y cálculos.
Entre los datos, también hay el catálogo más grande de estrellas binarias de la Vía Láctea compilado hasta ahora. Contiene posiciones, distancias, órbitas y masas de más de 800.000 sistemas binarios (dos estrellas) y es fundamental para comprender la evolución estelar.
Otro conjunto de datos corresponde a las estrellas en que las que el brillo cambia a lo largo del tiempo, en pulsos regulares. Se usan las llamadas estrellas cefeidas y sirven para establecer con precisión la distancia a la que se encuentran las estrellas. Las pulsaciones tanto de las estrellas binarias como de las cefeidas permiten detectar pequeños movimientos de su parte más externa, como pequeños tsunamis, por eso se ha denominado «terremotos estelares», por analogía con los terremotos.
Dos mil millones de estrellas en movimiento
Sí pudiéramos acelerar el tiempo y ver las formas que hacen las estrellas en el cielo veríamos que se van moviendo en el firmamento, estos movimientos no son perceptibles para la vida media de una persona pero sí se podría apreciar sí pudiéramos ver el cielo en unos miles o millones de años. Las estrellas tienen un movimiento propio pero están tan lejos que no podemos apreciar ese movimiento, tan solo en estrellas muy cercanas como la estrella de Barnard lo podríamos comprobar a lo largo de un año de observaciones.
La Agencia Europea del Espacio combinando los datos de posición para dos millones de estrellas obtenidos durante años por la misión ya desaparecida Hipparcos y datos obtenidos actualmente por la espectacular y ya finalizada misión Gaia, pudo simular el movimientos de dos millones de estrellas.
Créditos del vídeo: ESA/Gaia/DPAC
Como se muestra en el vídeo, muchas estrellas hacen solamente pequeños movimientos, pero algunas estrellas, típicamente los que están cerca, se pasean totalmente por el cielo, con lo que las constelaciones cambiaran totalmente sus formas en el firmamento.
El 10 de enero de 2025, Gaia realizó su última observación dirigida. Tras varias semanas de pruebas técnicas, la nave será enviada a una órbita heliocéntrica fuera de la influencia de la Tierra y, posteriormente, desactivada. Aunque la fase de recopilación de datos ha concluido, se espera que los análisis continúen durante años, con la publicación final de los datos de Gaia prevista para finales de 2030. El legado de Gaia perdurará, ya que sus datos seguirán siendo una fuente invaluable para la astronomía, ayudando a desentrañar los misterios de nuestra galaxia y del universo.
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